Imágenes de los mártires del Japón
Schelte Bolswert, Mártires del Japón, c. 1628-1659. Rijksmuseum Amsterdam. RP-P-BI-2563.
Contribución en actividades de investigación de Cloe Cavero de Carondelet
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Los martirios de Nagasaki conmovieron al mundo católico de una manera sin precedentes. En 1597, el gobernador japonés Toyotomi Hideyoshi mandó crucificar a un grupo de veintiséis misioneros y japoneses cristianos en la ciudad de Nagasaki. Este episodio ponía fin a un fructífero periodo de evangelización en Japón, iniciado en 1549 con la llegada de la Compañía de Jesús y reforzado después por franciscanos y otras órdenes religiosas. La beatificación de los veintiséis mártires por Urbano VIII en 1627 materializó la transformación de las nociones católicas sobre martirio y santidad en conexión con la expansión imperial y los crecientes procesos de evangelización global. En las décadas siguientes, centenares de relatos sobre el martirio de misioneros en América y Asia inundaron el mundo católico.
A lo largo del siglo XVII, y con mayor énfasis tras 1627, artistas situados en diferentes regiones de Europa, Asia y América recibieron encargos para representar los martirios de Nagasaki. Para ello, construyeron nuevas composiciones en las que combinaban formas convencionales de representación del martirio con detalles específicos del episodio tomados tanto de testimonios de primera mano como de posteriores reconstrucciones literarias. Decenas de imágenes de los mártires fueron comisionadas para ser difundidas en estampa y para ser expuestas y veneradas en espacios de culto.
Izq.: Jacques Callot, Mártires del Japón, c. 1627. The Metropolitan Museum of Art, New York. 57.650.340.
Dcha.:. Schelte Bolswert, Mártires del Japón, c. 1628-1659. Rijksmuseum Amsterdam. RP-P-BI-2563.
Las estampas realizadas por Jacques Callot (1592–1635) y Schelte Bolswert (c. 1586–1659) son dos ejemplos significativos de la difusión de estas imágenes en el mundo católico. Dedicadas respectivamente a los veintitrés mártires franciscanos, un grupo heterogéneo que comprendía a su vez seis frailes y diecisiete japoneses cristianos vinculados a la orden franciscana, y a los tres mártires jesuitas crucificados junto a ellos, estas dos imágenes muestran algunas de las principales tendencias iconográficas que se desarrollaron. En una pequeña estampa de poco más de 16×11 cm, Callot representa a los franciscanos crucificados organizados en dos filas de once, enmarcando a un fraile crucificado situado en el centro de la composición. Los mártires están atados a los maderos de la cruz, tal y como especificaban las crónicas, y coronados con un halo de santidad. Sobre ellos, un rompimiento de gloria con Cristo resurrecto y putti alados portando palmas y coronas de martirio. En la parte inferior, una multitud de personajes con lanzas y banderas, algunos a caballo, buscan evocar los verdugos japoneses. La estampa de los tres mártires jesuitas, realizada por Bolswert a partir de una composición de Abraham Jansz. van Diepenbeeck (1596-1675), propone una solución diferente. Utilizando una plancha de mayor tamaño (ca 43×27 cm), Diepenbeeck realiza una composición más dinámica y narrativa. El mártir más joven aparece en el suelo en primer plano, en el momento de ser atado a la cruz. A su lado está uno de sus compañeros, atado a la cruz mientras un verdugo lancea su costado, y al fondo de la imagen se puede ver cómo se eleva otra cruz en la que está atado el tercer mártir. Los rayos de luz alrededor de sus cabezas, así como las palmas y coronas portadas por los putti que aparecen en la parte superior de la imagen, evidencian la santidad de estos tres mártires jesuitas.
Imágenes de los mártires de Nagasaki como las grabadas por Callot y Bolswert circularon ampliamente en Europa, Asia y América. En ciudades como Munich, Roma, Madrid, Manila y Cuzco, los artistas reinterpretaron composiciones difundidas en estampa en diferentes soportes y tamaños, ajustándose a convenciones locales, adaptándose a las necesidades de aquellos que las comisionaban, y, en definitiva, reinventando la imagen de los mártires de Nagasaki.
Mis primeras reflexiones sobre los mártires de Nagasaki, desarrolladas en el contexto del proyecto SACRIMA (www.sacrima.eu) y de una colaboración DAAD con la Waseda University de Tokio, serán publicadas próximamente como: Cloe Cavero de Carondelet, “From Norwich to Nagasaki: Hieronymus Wierix and the Iconography of Crucified Child Martyrs”, en Holy Children and Liminality in Early Modern Art, ed. Chiara Franceschini y Cloe Cavero, Sacrima Series II, Turnhout: Brepols (en prensa).
Para saber más:
Alejandro Cañeque, Un imperio de mártires: religión y poder en las fronteras de la Monarquía Hispánica, Madrid: Marcial Pons, 2020.
Hitomi Omata Rappo, Des Indes lointaines aux scènes des collèges: les reflets des martyrs de la mission japonaise en Europe (XVIe – XVIIIe siècle), Münster: Aschendorff Verlag, 2020.
Cómo citar:
Cloe Cavero de Carondelet, «Imágenes de los mártires del Japón», Iconoteca CIRIMA: Circulación de la imagen en la geografía artística del mundo hispánico en la Edad Moderna, 2024. Consultado el FECHA. URL: https://cirima.web.uah.es/iconoteca/imagenes-de-los-martires-del-japon/